En el 173º aniversario del fallecimiento del General José de San Martín, libertador de Argentina, Chile y Perú, recordamos su fuerte convicción de luchar por la independencia de nuestro país y la región, y nunca involucrarse en luchas internas.

Renunció a la gloria y envainó dignamente su corvo, que nunca fue usado para avasallar naciones, ni para derramar la sangre de sus compatriotas. “Mi sable jamás saldrá de la vaina por opiniones políticas” afirmó en 1819 en Mendoza, cuando el país comenzaba a descomponerse en eternas luchas intestinas. Solo ambicionó la Libertad de América.

En una carta escrita en 1820 al Gral. Levalle, su antiguo subordinado, en uno de sus párrafos expresó: «Aunque los hombres en general juzgan de lo pasado según su verdadera justicia, y de lo presente según sus intereses, en la situación en que usted se halla, una sola víctima que pueda economizar a su país le servirá de un consuelo inalterable, sea cual fuere el resultado de la contienda en que se halle usted empeñado, porque esta satisfacción no depende de los demás sino de uno mismo «.

Afirmaba de él mismo: «El general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas, y sólo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sudamérica».


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