Desde UCELCA les deseamos un prospero 2022 unidos por la ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad.

Frente a los obstáculos que nos pueda proponer el próximo año, esos valores serán las herramientas esenciales para poder superarlos y concretar nuestros proyectos.

Y en esta tradicional fiesta, nos preguntamos cómo celebran la llegada de un nuevo año en distintos lugares del planeta. Incluimos a continuación algunos ejemplos de costumbres del mundo para recibir unos esperanzadores 365 días.

Romper Vajilla, en Dinamarca. Después de “sobrevivir” a la última cena del año, los platos de la mesa cobran un extraño valor simbólico en Dinamarca y otros países nórdicos. Según la tradición, quienes deseen atraer buena suerte y fortalecer sus relaciones sociales deben tomar la vajilla y romperla contra el suelo, las paredes o las puertas de las casas de los seres queridos. Así, la sensación de esperanza de que “lo que se rompe se vuelve a unir” invadiría a quienes siguen este ritual.

Tirar la casa por la ventana, en Italia y Sudáfrica. Quienes sienten que tienen que “pasar la página” por un año difícil optan por alejar cualquier rezago que quede del ciclo cumplido. De ahí que sea común ver cómo las personas lanzan todo tipo de muebles por sus ventanas para “alejar las malas vibras”. Aunque las autoridades policiales han insistido en los peligros que podría representar esta práctica para los transeúntes, la tradición se mantiene firme gracias al particular deseo de cambio.

Beberse los deseos, en Rusia. hasta su presidente se refiere a Ded Moroz (‘el Papá Noel local’), para el Año Nuevo el misticismo invade a la mayor parte de la población. Entre los rituales que más destacan por su exotismo está el de escribir una carta de deseos en un papel, incinerarla y luego introducirla en la copa de vino para el brindis de fin de año. Se supone que las cenizas de los deseos resurgirán en el interior del bebedor.

Fiesta de disfraces en el mar, en Edimburgo, la capital de Escocia. El primer día del año se conmemora con un singular baño grupal de miles de personas disfrazadas que se zambullen en el río Forth. A la celebración se le conoce como el Loony Dook. Aunque esta práctica nació como una supuesta forma de curar la resaca de la fiesta de Nochevieja a finales del siglo XX, actualmente es una tradición que atrae a cientos de turistas interesados en darle una bienvenida al Año Nuevo. Además del exotismo de los disfraces, según le dijo en 2016 uno de sus organizadores al diario local The Scotsman, el hecho de que se cobre para participar ha llevado a que se recolecten miles de libras esterlinas para varias organizaciones benéficas.

La guerra de agua, en Tailandia. En la misma línea de “entregarse” al agua para obtener beneficios en un nuevo año se enmarca el Songkran de Tailandia. Esta festividad, de origen budista, se desarrolla cada abril (mes en el que el calendario tailandés ubica la Nochevieja). En el Songkran todas las personas buscan lavar a sus amigos y conciudadanos en llamativos enfrentamientos con pistolas de agua, ollas y vasijas para ayudarles a quitarse la mala suerte y “purificar” sus pecados.

Diario La Nación – UCELCA